sábado, septiembre 30, 2017

El AEB o frenada de emergencia autónoma


AEB son las siglas en inglés de Autonomous Emergency Braking y que traducidas al español significan frenada de emergencia autónoma, un sistema de seguridad activa más avanzado, por el hecho de reducir por sí solo la velocidad del vehículo tras detectar riesgo de colisión y sin la intervención del conductor.
Este nuevo sistema inteligente de seguridad, además de ayudar a frenar al conductor aumentando la presión de frenado ante una emergencia, actúa con independencia del conductor para evitar una inminente colisión. Para ello, utiliza tecnología de radar para identificar los posibles obstáculos que tengamos delante. Un sistema que pretende ser obligatorio en todos los vehículos nuevos de la Unión Europea a partir del 1 de noviembre de 2015.
Gracias a un radar situado en el frontal del coche, en el caso de que nosotros aceleremos y el radar certifique que tenemos un obstáculo delante, el AEB frenará de forma independiente para evitar el golpe.




Estos dispositivos pueden detectar peligros fijos, tales como postes o señales verticales de tráfico, a través de una base de datos de localización. En el caso de intervenir el conductor para evitar la colisión mediante alguna maniobra como, por ejemplo, pisar el pedal del freno o mover la dirección, el dispositivo se desactiva.


El AEB es un sistema que calcula la velocidad de movimiento de nuestro vehículo y la relaciona con los objetos móviles e inmóviles que tenemos delante.
Actúa de dos formas. Primero, avisando al conductor cuando se produce una situación crítica, con el fin de que pueda reaccionar a tiempo, y la otra al frenar automáticamente para evitar o minimizar una colisión.
En general se puede distinguir entre dos tipos de frenada de emergencia autónoma. Una, la que podemos llamar “urbana”, que detiene el vehículo generalmente cuando éste circula hasta una velocidad de 50 km/h (aunque muchas veces es solo de 30 km/h).
El segundo está pensado para carretera o autopista y actúa a velocidades muy superiores incluso a las máximas permitidas legalmente. Aunque no hace milagros, sí que garantiza que el vehículo frenará tanto como lo permitan el conjunto de los sistemas.


Para medir la distancia al obstáculo y actuar en consecuencia, en ciudad el cálculo lo hace habitualmente el sensor LIDAR (detección y medición de distancia por láser). En carretera o autopista, la tecnología más típica es la que se basa en la emisión de ondas de radio (RADAR). Para identificar a los peatones y medir las distancias se suele usar una cámara situada en el parabrisas delantero. Algunas marcas instalan más de una tipología de sensor y fusionan la información proporcionada por éstos con la finalidad de mejorar la eficacia del sistema AEB.
El AEB va evolucionando y veremos novedades en un futuro próximo. Por poner un ejemplo, ya se ha probado satisfactoriamente la frenada de emergencia en intersecciones. Detecta vehículos e incluso peatones en movimiento en un radio de 80 metros y “ve” a derecha e izquierda aquello que no hemos percibido.

El sistema de frenada de emergencia autónoma monitoriza las condiciones de tráfico en el entorno de nuestro vehículo y detiene el coche en el caso de que el conductor no sea capaz de reaccionar a tiempo y actuar ante una situación de emergencia. 


En un principio, este sistema trabajaba en el rango de las velocidades bajas, urbanas, y estaba pensado para prevenir o reducir la gravedad de pequeñas colisiones en la ciudad (la mayor parte son por alcance). En las versiones más recientes se puede encontrar sistemas que operan a velocidades más elevadas, como las propias de las carreteras convencionales e incluso las autovías. En esos casos, el objetivo principal es el de minimizar los posibles daños y lesiones, y el sistema trata de reducir al máximo la velocidad a la que circulamos antes de la colisión.
Los mejores sistemas (los que obtienen más puntos en las pruebas Euro NCAP) pueden detectar a ciclistas y peatones, además de al resto de vehículos de nuestro entorno. Todos los sistemas AEB utilizan sensores para detectar obstáculos y evaluar si una colisión es probable. En caso de que sí lo sea, se emitirá un aviso de algún tipo (normalmente es una alarma sonora o un indicador visual) para el conductor. El mensaje subyacente sería algo como “es probable que ocurra una colisión y necesitamos frenar a toda potencia“. En caso de que el conductor no reaccione será el sistema quien entrará en acción y tratará de detener el coche.
Los sistemas AEB pueden utilizar cualquier tecnología de detección existente, y la que se utilice en particular dependerá de la solución adoptada por el fabricante. Dependiendo de que sea LiDAR, radar, cámaras de vídeo o una fusión de las tres, así será el rango de aplicación de este sistema de seguridad. A mayor precisión y velocidad de procesamiento de las lecturas del entorno, mayor velocidad a la que se puede utilizar este sistema para la prevención de accidentes.



RECUERDE, LA ECONOMÍA EN EL ARREGLO DE SUS FRENOS PUEDE SALIR COSTOSA